Cueva de Kilkis

Cueva de Kilkis

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Cueva de Kilkis

La cueva se encuentra en la colina de Agios Georgios, en el mismo lugar donde solía haber una cantera de piedra caliza. Fue descubierta accidentalmente en 1925, por un trabajador que excavó y encontró una de las dos entradas naturales de la cueva. Su primera cartografía fue realizada en 1960, por la ex presidenta de la Sociedad Helénica de Espeleología Anna Petrocheilou, mientras que los trabajos de explotación comenzaron en 1977 y duraron hasta 1982. La cueva se abrió al público en 1985.

La longitud de sus pasillos es de unos 300 metros y su superficie, junto con la 2ª planta, supera los 1000 metros cuadrados. Su temperatura se mantiene constante en 15-17 grados centígrados durante todo el año y su humedad es del 95%. Presenta una formación original para las cuevas griegas, debido al sistema de ramas (hendiduras) que se han abierto verticalmente en direcciones paralelas y verticales. Así, se presentan techos altos y pasillos estrechos laberínticos. Lo especial de la cueva es que tiene dos pisos y en sus seis cámaras hay formaciones de coral (raras para las cuevas). Los colores de sus cámaras se deben a los óxidos de hierro y aluminio, así como al manganeso y al magnesio.

La cueva también es de gran interés paleontológico, ya que el espeleólogo y guía turístico Vassilis Makridis encontró más de 300 muestras de fósiles óseos de animales en muy buen estado. Su antigüedad se determinó en 15.000 años. Estos son los huesos de una hiena manchada, un zorro, una comadreja grande, un buey salvaje, un caballo pequeño y grande, un ciervo gigante y un ciervo rojo.

La mayor peculiaridad, que es la razón de la difusión de su fama fuera de Grecia, es que la Cueva de Agios Georgios es médicamente adecuada como adecuada para el tratamiento de enfermedades respiratorias. En particular, después de un estudio relevante, la cueva de Kilkis demostró ser ideal y cumple con todas las condiciones como centro de terapia de cuevas, con un efecto beneficioso en casos de enfermedades crónicas del sistema respiratorio (asma) y con resultados particularmente buenos en niños, en el tratamiento de enfermedades de la piel que provienen de una forma alérgica de infección y en el rejuvenecimiento general del cuerpo humano.

La experiencia se complementa con una mesa interactiva en la que se colocan representaciones de grandes animales carnívoros, donde el visitante tiene la oportunidad de extraer información sobre sus características morfológicas y tocar sus cráneos de bronce, que producen sonidos.

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